En los últimos tiempos se “ha puesto de moda” la utilización de la subasta electrónica en los procedimientos de compra pública. Sin duda es una buena forma de maximizar recursos pero hay que tener en cuenta que no es una fórmula válida para todo tipo de compras. Hay servicios, obras o suministros que no se pueden adjudicar por criterios exclusivamente económicos ya que la calidad es un factor diferencial. Sin embargo hay otros, como el suministro de energía eléctrica, que son idóneos para aplicar esta tecnología.

Este último ha sido el caso de las Universidades de Valencia y Miguel Hernández de Elche que han decidido unir sus fuerzas para acometer proyectos conjuntos que permitan reducir los costes de ambas instituciones, aprovechando sinergias y compartiendo recursos. Ambas universidades tras el vencimiento de su contrato de energía eléctrica con su anterior proveedor necesitaban sacar a concurso el suministro para el periodo 2012-2013. Tras valorar diferentes alternativas decidieron unir su demanda para sacar un concurso conjunto al mercado. Dicha licitación, a la que los proveedores presentaron sus ofertas en papel, finalizó con la celebración de una subasta electrónica a través de la plataforma de VORTAL.

Gracias a la subasta eléctrica obtuvieron un ahorro superior al 20% con respecto a la mejor oferta tras la apertura del Sobre C.